Cómo Viena Evitó el Peor Impacto del Huracán Boris: Lecciones para Otras Ciudades

Tor Aloson
Tor Aloson
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El huracán Boris es el último de una serie de desastres que han hecho de este uno de los periodos más afectados por inundaciones en Europa en los últimos 500 años. Sin embargo, Viena logró evitar las peores consecuencias gracias a su avanzada infraestructura de protección contra inundaciones, lo que ofrece valiosas lecciones para otras ciudades que podrían enfrentar fenómenos similares en el futuro.

Cuando el huracán Boris azotó Viena el 15 de septiembre, las lluvias alcanzaron niveles récord: entre dos y cinco veces más lluvia de lo habitual cayó en solo cinco días. Las carreteras quedaron inundadas, varias casas fueron evacuadas, y pequeños arroyos se convirtieron en torrentes. Sin embargo, a pesar de la intensidad de la tormenta, Viena salió relativamente ilesa. Según informes, solo diez personas resultaron levemente heridas y 15 casas fueron evacuadas. «En general, el sistema de protección contra inundaciones [de la ciudad] resistió bien el gran volumen de agua», señaló un periodista local.

Este resultado es el fruto de décadas de inversión en medidas de protección contra inundaciones en Austria. Günter Blöschl, hidrólogo y director del Centro de Recursos Hídricos de la Universidad Técnica de Viena, explicó que la infraestructura de la ciudad está diseñada para manejar enormes volúmenes de agua. Viena puede gestionar hasta 14,000 metros cúbicos por segundo, lo que equivale a una inundación de magnitud 5,000 años. Durante el huracán Boris, el flujo máximo fue de aproximadamente 10,000 metros cúbicos por segundo, muy por debajo de la capacidad del sistema, evitando así una inundación generalizada.

El Sistema de Defensa de Inundaciones de Viena

Uno de los pilares del sistema de defensa de inundaciones de Viena es la Isla del Danubio y el canal de control de inundaciones Nuevo Danubio, construidos en la década de 1970 tras una devastadora inundación en 1954. Normalmente, el Nuevo Danubio está cerrado por presas, pero durante eventos de inundación, estas se abren para absorber el exceso de agua y aliviar la presión sobre el río principal, el Danubio. Este sistema ya demostró su eficacia durante una gran inundación en 2013, cuando Viena evitó grandes daños mientras otras partes de Austria sufrieron más.

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«EU TARANIS 2013: EU Civil Protection Exercise Austria» by EU Civil Protection and Humanitarian Aid is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

Estrategias a Nivel Nacional

Austria ha incrementado significativamente sus esfuerzos para protegerse contra inundaciones, invirtiendo alrededor de 60 millones de euros al año en medidas como muros móviles y sistemas de predicción mejorados. Gracias a estas medidas, el impacto de las inundaciones ha disminuido considerablemente. Por ejemplo, mientras la inundación de 2002 causó daños por valor de 3 mil millones de euros, una inundación similar en 2013 causó solo 866 millones de euros en pérdidas debido a las mejoras en la infraestructura de protección.

Además, Austria lleva a cabo simulacros regulares para preparar a los equipos de emergencia, lo que ha sido clave para responder de manera efectiva durante las emergencias. «Sin ejercicios prácticos, es difícil que todo funcione bien en una emergencia real», señaló Blöschl.

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«2013 Flood Austria Klosterneuburg 3» by Wien1210 is licensed under CC BY-SA 3.0

Cambio Climático y el Futuro de las Inundaciones

Estar preparados es más importante que nunca, ya que el cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de tormentas como el huracán Boris. Las temperaturas más cálidas permiten que el aire retenga más humedad, lo que alimenta tormentas más potentes. El verano de 2024 fue el más caluroso jamás registrado en Europa, lo que potenció el huracán Boris.

La pérdida de llanuras de inundación, que históricamente actuaban como zonas de expansión natural para las aguas, también aumenta el riesgo de inundaciones. Hoy en día, muchas de estas áreas han sido urbanizadas, lo que incrementa la vulnerabilidad de las ciudades ante fenómenos meteorológicos extremos.

El «Efecto de Dique»

Paradójicamente, aunque las barreras como los diques protegen a las ciudades a corto plazo, también pueden aumentar el riesgo a largo plazo, ya que generan una falsa sensación de seguridad y fomentan el asentamiento cerca de los ríos. Esto, conocido como el «efecto de dique», aumenta el daño potencial cuando se producen inundaciones. Blöschl explica que en lugares como Viena, donde la gente se siente protegida por las infraestructuras, aumenta el riesgo a medida que más personas se instalan en zonas de inundación.

Mirando Hacia el Futuro

Las lecciones de Viena y de la respuesta a las inundaciones en Austria se están volviendo cada vez más importantes a medida que el cambio climático continúa acelerando los fenómenos meteorológicos extremos. En 2021, más de 200 personas murieron en las devastadoras inundaciones en Europa occidental, lo que subrayó la necesidad de mejorar las estrategias de preparación.

Si bien Viena logró resistir relativamente bien el impacto del huracán Boris, otras partes de Europa central no tuvieron tanta suerte. En Polonia, más de 40,000 personas fueron evacuadas, y en Rumania el huracán fue descrito como una «catástrofe de proporciones épicas».

A medida que las inundaciones se vuelven más frecuentes y severas, compartir las mejores prácticas entre países será esencial para proteger a las personas y sus propiedades en el futuro.

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