Taylor Swift ha apoyado oficialmente a Kamala Harris para presidenta, pero no solo busca ofrecer su voto, Harris también va tras los millones de apasionados Swifties que siguen a Taylor.
En las semanas previas al anuncio público de Swift en Instagram, los fanáticos ya estaban movilizándose a favor de Harris. Una de esas fans es Irene Kim, de 29 años, una «Swiftie» devota que pasa hasta 14 horas al día interactuando con otros fans en línea. Después de asistir a más de cinco conciertos del Eras Tour de Taylor, Kim, junto con otros Swifties, se activó tan pronto como Harris anunció su candidatura. Juntos empezaron a crear campañas en redes sociales, memes y boletines con el objetivo de ayudar a que su candidata favorita gane la Casa Blanca.
Hoy, Kim es la directora ejecutiva de la campaña «Swifties por Kamala», un movimiento de base impulsado por más de 3,500 voluntarios. Desde que comenzaron a organizarse, han recaudado más de $165,000 para apoyar la campaña de Harris, aplicando las mismas estrategias que usaron para conseguir entradas agotadas de los conciertos de Swift y subastar merchandising firmado.
Aunque el grupo opera de manera independiente a la campaña oficial de Harris, han estado en contacto con el equipo para coordinar actividades como entrenamientos para voluntarios, canvassing, y llamadas telefónicas. El compromiso de los Swifties con Harris recibió un gran impulso con la publicación de Swift en Instagram, donde desmintió información errónea sobre su postura política y expresó su apoyo a Harris. Esa publicación, que recibió más de 10.7 millones de «me gusta», dio un impulso significativo a la movilización, aumentando las inscripciones de votantes y la participación en redes sociales.
Los Swifties son conocidos por su lealtad feroz, y Kim cree que podrían ser un factor clave para energizar a los votantes más jóvenes, un grupo demográfico que históricamente ha tenido una baja participación electoral. A medida que se acerca el día de las elecciones, el movimiento «Swifties por Kamala» continúa creciendo, aprovechando el poder de las redes sociales y la dedicación de los fans para tener un impacto político.