El primer ministro transformador pero divisivo de India, Narendra Modi, declaró victoria en las elecciones nacionales el martes por la noche. Sin embargo, su objetivo de asegurar una mayoría inquebrantable está en peligro ya que los resultados iniciales revelan un resultado sorprendente que reduce el control de su partido sobre el poder.
“Hoy es un día glorioso… La Alianza Democrática Nacional (NDA) va a formar el gobierno por tercera vez, estamos agradecidos al pueblo,” dijo Modi a sus seguidores jubilosos en la sede de su partido en Nueva Delhi, refiriéndose a las siglas de su alianza política. “Esta es una victoria para la democracia más grande del mundo.”
Modi está listo para formar un gobierno con la ayuda de sus aliados de la NDA, asegurando un tercer mandato consecutivo, un hito que lo convierte en uno de los políticos más exitosos de la India post-independencia. Aunque los votos finales aún se están contando, la autoridad electoral de India ha confirmado que la coalición NDA ha asegurado la mayoría necesaria con 272 escaños.
Sin embargo, las cifras preliminares de la comisión electoral indican que el Partido Bharatiya Janata (BJP) de Modi no ha logrado alcanzar los 272 escaños necesarios para obtener una mayoría absoluta en el parlamento. Este sorprendente revés deja al BJP dependiente de sus socios de coalición para formar un gobierno.
Este resultado es un golpe personal para Modi, quien había prometido triunfalmente ganar una supermayoría de 400 escaños en las elecciones de este año. En elecciones anteriores, aseguró mayorías simples para el BJP, transformando su partido nacionalista hindú de derecha en una potencia electoral. La oposición de India, que había sido en gran medida descartada por las encuestas y muchos analistas, enmarcó el resultado como un rechazo al estilo divisivo de Modi.
Rahul Gandhi, líder del Congreso Nacional de India, afirmó que los resultados iniciales de las elecciones demostraban que el “país ha declarado unánime y claramente” su oposición a Modi y su partido.
“No apreciamos la forma en que han gobernado este país durante los últimos 10 años. Ese es un mensaje enorme para el Sr. Narendra Modi,” dijo Gandhi fuera de la sede de su partido en Nueva Delhi.
Mientras que la alianza opositora liderada por el Congreso no logró derrocar a Modi, lograron socavar su aura de invencibilidad electoral, haciendo ganancias significativas incluso en bastiones tradicionales del BJP. Los resultados preliminares sugieren que podrían duplicar el número de escaños ganados en 2019.
Actualmente, las cifras preliminares de la comisión electoral muestran a la alianza del BJP ganando alrededor de 300 escaños en comparación con los 230 de las alianzas de oposición. Se esperan los resultados finales en las próximas horas.
Mientras tanto, las acciones indias cayeron el martes a medida que el sueño de Modi de una victoria arrolladora se desvanecía, generando dudas sobre su capacidad para impulsar reformas económicas más agresivas.
‘Enviado por Dios’
Para sus millones de seguidores en la nación mayoritariamente hindú, Modi, de 73 años, es un ícono cuyas políticas han transformado vidas y propulsado a India hacia el crecimiento económico y la confianza. Sus seguidores lo ven como un instrumento de Dios, elegido para representar a todos los ciudadanos de India.
Sin embargo, para muchas minorías religiosas, el mandato de Modi ha estado marcado por un aumento en la persecución religiosa y la islamofobia. Los críticos lo acusan de apoyar tácitamente el sectarismo para promover los sueños nacionalistas hindúes de su partido, potencialmente transformando a India en un estado mayoritario hindú.
La victoria de Modi tendrá implicaciones globales, particularmente captando la atención de Estados Unidos, China y Rusia. Washington ve a Nueva Delhi como un baluarte regional crucial contra una China cada vez más asertiva, aunque India mantiene estrechas relaciones con Moscú y ha adquirido petróleo ruso barato a pesar de las sanciones occidentales.
Modi apunta a profundizar su transformación de India, con el objetivo de convertir al país en una nación desarrollada para 2047, el centenario de su independencia del dominio colonial británico.
Una década de transformación y controversia
Modi ha modernizado la red de transporte envejecida de India, construyendo carreteras que conectan pequeños pueblos con ciudades principales. Ha supervisado el desarrollo de nuevas plantas de energía y proyectos marítimos, y ha subvencionado la construcción de alrededor de 40 millones de viviendas para familias desfavorecidas, según sus propias declaraciones recientes.
Sin embargo, su mandato no ha estado exento de controversias. Modi enfrentó críticas generalizadas al principio de su mandato cuando prohibió los billetes de 500 y 1,000 rupias de India, calificándolos de “pedazos de papel sin valor,” lo que desató el pánico en la economía altamente dependiente del efectivo.
En 2019, enfrentó la ira de los agricultores cuando salieron a las calles para exigir precios garantizados para sus cultivos en las mayores protestas que el país haya visto. Dos años después, los críticos lo culparon de mal gestionar la respuesta del país a la pandemia de Covid-19, que resultó en más de medio millón de muertes, según cifras oficiales.
Para algunos observadores, también ha surgido un patrón divisivo y preocupante a lo largo de los años.
Otro quinquenio de Modi, dijo la partidaria del Congreso Sunita Gautam, será una “situación horrible para las mujeres” y las minorías.
“No estaremos seguros. Es horrible para los musulmanes. Es horrible para los dalits. ¿Para quién es bueno?” preguntó. “Modi prometió empleo para los jóvenes, pero mira el número de personas desempleadas.”
A medida que se cuentan los votos y se esperan los resultados finales, la victoria de Modi en medio de las pérdidas y la dependencia de la coalición destaca el cambiante panorama político de India.